“El año en qué la flor no floreció en Camargo” Donde antes hubo flores hoy solo hay silencio

En los campos de Camargo, donde cada octubre solían verse los tonos intensos del cempasúchil, hoy solo queda tierra seca. La sequía que ha golpeado la región no solo afectó las cosechas, también apagó una de las tradiciones más queridas del Día de Muertos.


Don Pedro Muñoz, productor local, compartió con tristeza que este año no hubo producción de flor.
“Sembramos desde febrero, como siempre, pero no llovió… la flor no floreció. Es muy triste, porque de esto depende parte del sustento de mi familia”, relató con la mirada fija en su terreno vacío.
El año pasado, los campos se llenaban de vida, y decenas de productores ofrecían sus flores para adornar altares y panteones. Sin embargo, este 2025, la historia es diferente. La falta de agua impidió que muchas familias campesinas pudieran sembrar, dejando un panorama desolador.
“Conozco varios compañeros que tampoco pudieron sembrar. Todos estamos igual”, añadió Don Pedro, quien cada temporada encontraba en la venta de flor una esperanza económica y una forma de mantener viva la tradición.
A pesar de la adversidad, los productores confían en que el próximo año las lluvias regresen y, con ellas, la oportunidad de ver renacer los campos naranjas que llenan de vida nuestras ofrendas y corazones.
Porque en Camargo, aunque la tierra esté seca, la esperanza sigue sembrada.




