Al rojo vivo por la violencia del crimen organizado, dos regiones del estado de Chihuahua

En los últimos meses, dos regiones concentran la mayor parte de los hechos de violencia de alto impacto: la zona sur, de Parral a Guadalupe y Calvo, y el corredor Aldama–Ojinaga–Juárez
El silencio de la madrugada en la comunidad de Falomir, en el municipio de Aldama, estalló en una ráfaga de detonaciones luego de que elementos del Ejército y la Guardia Nacional, desplegados en la zona, respondieron a una agresión directa de un grupo de civiles fuertemente armados, dando inicio a un enfrentamiento que se prolongó por varios minutos entre brechas y que se saldó con 11 sujetos detenidos, entre ellos un cabecilla criminal.
Entre los capturados destaca la figura de Roberto G. H., conocido como el 04. Según los reportes de inteligencia que sustentaron el operativo, este sujeto operaba como el líder local de Los Cabrera, una célula del Cártel de Sinaloa con base en Durango que ha buscado afianzarse en diversas regiones del estado de Chihuahua. El 04no sólo comandaba las acciones logísticas, sino que, de acuerdo con las investigaciones, fue el negociador clave que facilitó la incursión de este grupo foráneo en la franja territorial que va de Aldama a Ojinaga y Ciudad Juárez, motivo central del conflicto con La Línea, el brazo armado del Cártel de Juárez. Durante la refriega, el presunto líder resultó herido y fue trasladado de inmediato a un hospital bajo estricta custodia.
De acuerdo con un comunicado emitido la noche de ayer por la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), Roberto G. H. es considerado un objetivo prioritario para el Gobierno de Méxicoy es identificado como probable responsable de múltiples hechos violentos registrados en la región fronteriza. Además, cuenta con un proceso activo de extradición solicitado por autoridades de los Estados Unidos.
La evidencia del poder de fuego del grupo quedó esparcida en el lugar. Peritos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y de la Fiscalía General del Estado (FGE) se encargaron de catalogar un arsenal que supera lo comúnmente asegurado: un lanzagranadas, dos rifles Barrett calibre .50, varios fusiles de asalto tipo AK-47 o cuerno de chivo, decenas de cargadores abastecidos y cientos de cartuchos de diversos calibres, así como un dron utilizado para lanzar explosivos. Junto al armamento, se aseguraron camionetas pick up y SUV adaptadas para terracería, así como chalecos antibalas y otro equipo táctico especializado.




